MANERAS DE VIVIR
Novena temporada, capítulo 184
Fecha de emisión: 19 de octubre del 2019
APARTAMENTO DE ISRA / DORMITORIO / MAÑANA
Isra, tumbado en la cama completamente desnudo, empieza a abrir los ojos lentamente. Ve a Hugo de pie, terminando de vestirse.
Isra: ¿Te vas?
El joven fuerza una sonrisa.
Hugo: Sí. A ver si, con un poco de suerte, Andrea sigue dormida y puedo esquivar sus preguntas.
Isra: (Extrañado) ¿Por qué?
Hugo: Bueno, ya sabes cómo es. Me sometería a un interrogatorio de tercer grado.
Isra: ¿Y cuál sería el problema?
Hugo: (Atónito) ¿Lo dices en serio?
Isra: ¿Te arrepientes de lo que ha pasado?
Hugo sonríe y se inclina sobre el joven, besándole.
Hugo: Claro que no.
Isra: ¿Entonces?
Hugo: No creo que sea buena idea que la gente lo sepa todavía.
Isra: ¿Qué sepa qué?
Hugo: Lo nuestro.
Isra: ¿Y qué es exactamente lo nuestro?
Hugo: A mí me gustaría que lo intentáramos.
Isra: (Sorprendido) ¿En serio?
Hugo se sienta en el borde de la cama, sonriendo.
Hugo: Mira, a lo mejor no es el mejor momento, porque yo estoy como estoy, pero… si algo tengo claro ahora mismo, es que quiero estar contigo.
Isra: ¿De verdad?
Hugo: De verdad.
Los dos jóvenes se besan.
Hugo: Pero creo que de momento es mejor que no digamos nada.
Isra: Claro. Tranquilo.
Vuelven a besarse, y Hugo se levanta.
Hugo: Te llamo luego.
Isra: Vale. Hasta luego.
Hugo: Chao.
Hugo se marcha, ante la sonriente mirada de Isra.
BAR “FOUR” / ALMACÉN / MAÑANA
Claudia revisa las bebidas de las estanterías, mientras las va anotando en un cuaderno. De pronto, en una caja, ve algo que llama su atención.
Claudia: ¿Qué cojones…?
La joven mete la mano en la caja y, de su interior, saca una bolsa llena de cocaína.
Claudia: No me lo puedo creer…
La joven vuelve a meter la bolsa en la caja, enfadada.
CON
CALLES DE GIJÓN / MAÑANA
Carlos sale del portal de su apartamento. Empieza a caminar por la calle cuando alguien le agarra del brazo. Se gira, sorprendido.
Carlos: ¡Andrea!
Andrea: ¿Podemos hablar un momento?
Carlos: Tengo prisa. Voy a trabajar.
Andrea: Por favor. Va a ser solo un minuto.
Carlos guarda silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.
Carlos: Sé rápida, por favor.
Andrea: Tienes que alejarte de Mireya.
Carlos: (Atónito) ¿Qué?
Andrea: No es buena persona, Carlos.
Carlos: Apenas la conoces.
Andrea: Tienes que hacerme caso.
Carlos coge aire, intentando mantener la calma.
Carlos: Me estoy empezando a cansar de tus celos.
Andrea: (Atónita) ¿Perdona?
Carlos: ¿Me vas a decir que no es eso?
Ahora es Andrea la que intenta ser paciente.
Andrea: Ojalá te lo pudiera contar, Carlos, pero…
Carlos: (Interrumpiéndola) No vuelvas a hacerlo, Andrea. No vuelvas a meterte así en mi vida.
El joven se aleja de allí, indignado, ante la impotente mirada de su exnovia.
BAR “FOUR” / TERRAZA / MAÑANA
Sentado en una de las mesas, Hugo se toma un café, fumándose un cigarro, mientras escribe en su móvil, con una enorme sonrisa dibujada en su cara. Marta sale del local, con una taza de café entre sus manos, y se acerca a su amigo.
Marta: ¿Puedo?
Hugo: Por supuesto.
Marta se sienta junto a su amigo.
Marta: ¿Con quién hablas?
Hugo: Con nadie.
Marta: Venga, Hugo, ¿y esa sonrisilla?
Hugo: No es nadie, de verdad.
Marta: ¿Óscar?
Hugo: Marta…
Marta: Vale. Vale, no me lo cuentes. Pero tarde o temprano se sabrá. Ya sabes que en este grupo al final se acaba sabiendo todo.
Hugo mira a su amiga, preocupado.
BAR “FOUR” / INTERIOR / MAÑANA
Suena “Grita”, de Vega.
Tras la barra del bar, Claudia, visiblemente enfadada, seca unos vasos cuando Jaime entra en el local, sonriente.
Jaime: Buenos días.
Claudia: Tú y yo tenemos que hablar.
Jaime: (Extrañado) ¿Qué pasa?
Claudia mira a su alrededor, asegurándose de que no les ve nadie.
Claudia: ¿Puedes explicarme por qué cojones las cajas de las bebidas están llenas de bolsas de cocaína?
Jaime se pone nervioso, aunque intenta disimularlo.
Jaime: ¿Las has visto?
Claudia: ¿Pensabas que no iba a hacerlo?
Jaime: Claudia…
Claudia: (Interrumpiéndole) ¿Vas a contármelo, o no?
Jaime: ¿Cómo crees que he conseguido las bebidas tan baratas?
Claudia: (Atónita) ¿Me lo estás diciendo en serio?
Jaime: Nada es gratis, Claudia.
Claudia: No me lo puedo creer.
Un tenso silencio surge entre ambos.
Claudia: ¿Las estás vendiendo?
Jaime: Solo las guardo.
Claudia: Ah, solo.
Jaime está a punto de responder, cuando Marta entra en el local y se acerca a los dos jóvenes.
Marta: Buenos días. ¿Me ponéis un café con leche?
Claudia: Que te lo ponga Jaime. Al parecer, se le da muy bien vender cosas.
Claudia entra al almacén, ante la extrañada mirada de Marta.
Marta: ¿Todo bien?
Jaime fuerza una sonrisa.
Jaime: Sí, todo bien. Enseguida te pongo el café.
Marta: Gracias.
El joven entra tras la barra, ante la extrañada mirada de su amiga.
CALLES DE GIJÓN / TARDE
Marta y Andrea pasean por las calles de la ciudad. Andrea parece pensativa y su amiga la observa, preocupada.
Marta: ¿Qué pasa, Andrea?
La joven fuerza una sonrisa.
Andrea: Nada.
Marta: Pensaba que volvíamos a ser amigas.
Andrea: Y así es.
Marta: ¿Por qué no me lo cuentas entonces?
Tras unos segundos en silencio, Andrea suspira.
Andrea: Es Carlos. Ha conocido a alguien.
Marta: (Divertida) ¿Celosa?
Andrea: No, no es eso.
Marta: (Extrañada) ¿Entonces?
La chica vuelve a hacer una pausa.
Andrea: No es una buena tía.
Marta: ¿Cómo lo sabes?
Andrea: No te lo puedo contar, pero… la conozco, Marta. La conozco desde hace tiempo, y no es de fiar.
Marta: ¿Se lo has dicho a él?
Andrea: Sí, y su reacción ha sido la misma que la tuya. Pensar que estoy celosa. Pero te aseguro que no es eso.
Marta: Te creo.
Las dos amigas guardan silencio durante unos segundos.
Andrea: No sé qué hacer, Marta.
Marta: Si es como dices, tienes que separarles, Andrea. Sea como sea.
Andrea: No es tan fácil.
Marta: Lo sé, pero… si realmente es tan peligrosa, si no quieres que le haga daño… es la única opción.
Andrea mira a su amiga, sin saber qué decir.
APARTAMENTO DE CARLOS Y ÓSCAR / SALÓN / TARDE
Hugo y Óscar, sentados en el sofá, se toman un botellín de cerveza cada uno. Hay un tenso silencio entre ellos, hasta que Óscar fuerza una sonrisa.
Óscar: Tengo que reconocer que me ha sorprendido tu visita.
Hugo: Supongo. ¿Cómo estás?
Óscar: Bien. ¿Tú cómo vas?
Hugo: Bien, bueno, poco a poco. Ya sabes.
Óscar: Ya.
Un tenso silencio surge entre ambos.
Hugo: La verdad es que, si he venido, es porque quería hablar contigo.
Óscar: (Preocupado) ¿Qué pasa?
Hugo coge aire antes de volver a hablar.
Hugo: Estoy con Isra.
Óscar: (Atónito) ¿Qué?
Hugo: Sé que es difícil de entender, pero…
Óscar le interrumpe, levantándose.
Óscar: No puede ser.
Hugo: Lo siento, Óscar, pero es que… no te recuerdo. Y siento que le quiero a él, que quiero estar con él.
Óscar: Esto no es ninguna broma, ¿no?
A Hugo se le llenan los ojos de lágrimas.
Hugo: Lo siento, Óscar, lo siento de verdad. Yo… quería que lo supieras por mí antes que por nadie más.
Óscar: (Irónico) Oh, te lo agradezco.
Un tenso silencio surge entre ambos.
Óscar: Espero que seáis muy felices.
Hugo: Óscar…
Óscar: Tengo muchas cosas que hacer, Hugo.
Tras unos segundos en silencio, Hugo se levanta, suspirando.
Hugo: Lo siento, Óscar. De verdad.
Hugo sale del apartamento mientras Óscar vuelve a sentarse en el sofá. Las lágrimas empiezan a recorrer sus mejillas.
PLAYA / TARDE
Sentada en su coche, Claudia espera, nerviosa, en el aparcamiento de la playa. De pronto, escucha unos suaves golpes en el cristal. Abre la puerta, y sale del vehículo, cerrando la puerta tras ella.
Claudia: ¿Ángel?
Ángel: Supongo que eres Claudia.
Claudia: Sí.
El joven le estrecha la mano, pero Claudia no le responde. Ángel esboza una divertida sonrisa.
Ángel: Ya veo.
Claudia: Esto se va a acabar.
Ángel: (Extrañado) ¿El qué?
Claudia: No vamos a seguir guardando droga.
Ángel: (Sorprendido) ¿Qué?
Ángel deja escapar una sonora carcajada.
Ángel: Creo que no sabes con quién estás hablando.
Claudia: Ni lo sé, ni me importa. Únicamente he venido a decirte eso.
Claudia vuelve a abrir la puerta de su coche, pero Ángel la cierra antes de que se suba, con fuerza.
Ángel: Tampoco sabes dónde te has metido.
La joven intenta disimular su miedo.
Claudia: Yo no me he metido en ninguna parte.
Ángel: Jaime, tú… me da igual. De esto no se sale tan fácilmente.
Claudia coge aire, intentando mantener la calma.
Claudia: ¿Qué quieres?
Ángel: Que sigáis guardando la droga. No es tan complicado.
Claudia: No podemos hacer eso.
Ángel: ¿Por qué?
Claudia: ¿Y si nos pillan?
Ángel: Ese no es mi problema.
Claudia: Es tu droga.
Ahora es Ángel el que intenta no perder los papeles.
Ángel: No conviene que os pillen si no queréis tener problemas.
Claudia: (Asustada) ¿Qué clase de problemas?
Ángel: No quieres saberlo.
Claudia: Sí que quiero. Quiero estar prevenida.
El joven esboza una cínica sonrisa.
Ángel: Hasta pronto, Claudia.
Sin borrar la sonrisa de su cara, el joven se aleja de allí, ante la impotente mirada de Claudia.
ESTUDIO DE HUGO Y ANDREA / SALÓN / TARDE
Andrea y Mireya se toman una cerveza, sentadas en el sofá. La primera parece incómoda mientras Mireya mira a su alrededor, con curiosidad.
Mireya: Mucho mejor este estudio que el que teníamos en Barcelona, ¿eh?
Andrea: No te he llamado para que valores el gusto de Hugo con la decoración.
Mireya: Imagino, pero como no dices nada.
Andrea coge aire antes de volver a hablar.
Andrea: Tienes que alejarte de Carlos.
Mireya: (Divertida) ¿Cómo dices?
Andrea: Me has oído perfectamente.
Mireya: ¿Y por qué haría eso?
Andrea: Te daré todo el dinero que me pidas. Te lo juro. Pero no le hagas daño.
Mireya: ¿Y cómo piensas conseguirlo? ¿Hay gente con posibles en Gijón?
Andrea: Hay gente con posibles en todas partes. Pero no voy a volver a eso.
Mireya: En Barcelona te quejabas bastante poco.
Andrea: Vete a la mierda.
Mireya: (Cínica) Así no, ¿eh, Andrea? Así no.
La joven coge aire, intentando mantener la calma.
Andrea: A ti te da igual cómo consiga el dinero. Pero deja a Carlos.
Mireya: Ni de coña.
Andrea: Mireya…
Mireya la interrumpe, levantándose.
Mireya: Carlos es mi moneda de cambio.
Andrea: No puedes hacer eso.
Mireya: Claro que puedo. Ya me conoces.
Andrea: Por favor…
Mireya: (Interrumpiéndola) Hasta pronto, Andrea.
Mireya sale del estudio, mientras los ojos de Andrea se llenan de lágrimas.
Andrea: ¡Mierda!
PARQUE “RUISEÑORES” / TARDE
Óscar y Lucas pasean por el parque. El primero, triste, se fuma un cigarro mientras su exnovio le mira, preocupado.
Lucas: Supongo que ahora no tendrás el valor de decirme que estás bien.
Óscar: (Extrañado) ¿Por?
Lucas: Porque tú solo fumas cuando te preocupa algo.
Los dos guardan silencio durante unos segundos.
Óscar: Lo que te voy a decir ahora, no es lo puedes contar a nadie.
Lucas: Tranquilo.
Óscar coge aire antes de volver a hablar.
Óscar: Isra y Hugo están juntos.
Lucas: (Sorprendido) ¿Qué?
Óscar: Me lo ha dicho el propio Hugo esta misma tarde.
Lucas: Joder…
De nuevo silencio.
Lucas: ¿Y tú cómo estás?
Óscar: ¿Cómo voy a estar, Lucas? Echo una mierda. Yo le quiero.
Lucas: Tienes que luchar por él.
Óscar: ¿Cómo voy a hacerlo, si ni siquiera me recuerda?
Lucas: Pero lo hará.
Óscar: ¿Y qué tengo que hacer? ¿Estar esperándole?
Lucas: Acabas de decirme que le quieres.
Óscar: Por supuesto que le quiero.
Lucas: Entonces lo harás.
Óscar mira a su amigo, pensativo.
CALLES DE GIJÓN / NOCHE
Mireya: Has estado muy callado durante toda la cena.
Carlos, paseando junto a la joven por las calles de la ciudad, fuerza una sonrisa.
Carlos: Cosas del trabajo.
Mireya: Puedes contármelas.
Carlos: No quiero aburrirte.
Mireya: No me aburrirías nunca.
Carlos: Gracias.
Los dos jóvenes guardan silencio durante unos segundos.
Mireya: ¿Por qué no vamos a tu casa?
Carlos: Está Óscar.
Mireya: Podemos tomarnos algo los tres juntos.
Carlos: No creo que sea buena idea.
Mireya: Venga, Carlos, cuéntame que te pasa.
El joven hace una pausa antes de volver a hablar.
Carlos: Estoy cansado. Me voy a ir.
Mireya: Pero…
Carlos la interrumpe, besándola.
Carlos: Te llamo mañana, ¿vale?
La joven intenta ocultar su decepción con una forzada sonrisa.
Mireya: Vale. Hasta mañana.
Carlos: Chao.
Carlos se aleja de allí, ante la enfadada mirada de Mireya.
Mireya: Puta Andrea de los cojones…
BAR “FOUR” / INTERIOR / NOCHE
Suena “Canção do mar”, de Dulce Pontes.
Tomándose una copa de vino, Claudia contempla la calle a través de una de las cristaleras del local, cuando entra Jaime, visiblemente enfadado.
Jaime: ¿Por qué coño lo has hecho?
Claudia: (Extrañada) ¿El qué?
Jaime: ¡Has ido a ver a Ángel!
Claudia: ¿Y?
Jaime: ¿Sabes el lío en el que has podido meternos?
Claudia: ¿En serio me vas a hablar tú de eso?
Jaime: No tienes ni puta idea.
Claudia: ¿En qué momento nos hemos convertido en camellos, Jaime?
Jaime coge aire, intentando recuperar la calma.
Jaime: No somos camellos. Simplemente la estamos guardando.
Claudia: (Irónica) Ah, claro, que solo la estamos guardando. Me quedo mucho más tranquila.
Jaime: ¿No te das cuenta de que es la única salida que tenemos?
Claudia: No, no es la única salida que tenemos, Jaime. Podríamos haber cerrado y ya está.
Jaime: ¿Y renunciar a esto, con todo lo que hemos vivido aquí?
Claudia mira a su alrededor, nostálgica.
Claudia: Prefiero perder esto que acabar en la cárcel.
Jaime: Claudia…
Claudia: (Interrumpiéndole) Mira, ahora no quiero seguir discutiendo sobre esto, estoy demasiado cansada. Pero tenemos que solucionar esto, Jaime. Cuanto antes.
Claudia deja la copa de vino sobre la barra y sale del local. Ahora es Jaime el que mira por la cristalera. Ve a la joven alejarse por la calle.
Jaime: Ojalá tuviera solución…
CONTINUARÁ…